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Los molinos de yeso de Mutriku: La Magdalena y Barrenengoa

Javi CASTRO

Nada se conocía de la existencia de molinos de moler piedra de yeso calcinada en Mutriku (Gipuzkoa). Este artículo da a conocer la existencia de al menos dos molinos yeso en la zona: La Magdalena y Barrenengoa.

De molino a fuente: ¿Restauración o reciclaje?

Durante las obras de excavación realizadas en la zona de la Magdalena de Mutriku (Gipuzkoa) a finales del año 2008, fueron halladas varias grandes piedras de caliza que no fueron tenidas en consideración por desconocer su función. Quedaron apartadas junto a Villa Magdalena igual que el resto de elementos pertenecientes al antiguo molino de yeso que allí existió.

Según los datos que se han podido obtener una vez avanzadas las obras, un responsable de las mismas en vez de tirar las piedras como si de escombro se tratara, ordenó llevar las piedras a un lugar del barrio de Laranga para regalárselas a un vecino de la zona, “Pikua”, para que las reaprovechara como dispusiera en su terreno y lo que ha hecho con el artilugio es una gran fuente ornamental. Según las informaciones verbales consta que las maderas que se hallaron se cortaron para quemarlas y que los elementos metálicos del molino fueron enviados a la chatarrería, todos ellos sin un valor aparente. Nadie en el Consistorio de Mutriku reparó en el valor patrimonial, aunque la zona era de presunción arqueológica desde el año 1997.1 Con un diseño muy particular fueron colocados los diez grandes gajos de las piedras de la solera sobre un pedestal algo elevado, evitando colocarlas a ras del suelo, para dar realce al conjunto. La instalación de la fuente se ejecutó durante el mes de junio de 2010.

Sobre el resultado de la nueva fuente, colocó además algunos elementos etnográficos reciclados, tales como una “lixibarri” (piedra para la limpieza de la colada) coronando el conjunto y dos grandes recipientes “txerriaskak” de los usados para dar la comida a los cerdos. Lo que queda de una parte de las piedras del molino ha sido conservado por el buen criterio del Sr. Jose Luis Elorza “Pikua” que vió en esas piezas algo extraño y decidió conservarlas para ponerlas a la vista, en vez de picarlas para hacer una puerta, o tirarlas tal cual a la escombrera como era lo que estaba previsto inicialmente.

El molino de la Magdalena convertido en fuente

El molino de la Magdalena convertido en fuente.

Descripción del ingenio de la Magdalena

Se trata de un molino de piedra, para moler yeso, situado junto al caserío Pikoaga del barrio de Laranga de Mutriku, que no ha conservado la estructura de madera que debía contener y al que le quedan algunos restos de elementos metálicos que unían las piezas del conjunto y algo de yeso (sulfato calcico) que hemos detectado en alguno de sus recovecos.

La piedra de la que está fabricado es caliza gris, abundante por la zona cercana a su primitivo asentamiento de La Magdalena. El diámetro de la estructura actual es de 2,80 metros, con un hueco central de 0,76 m. de diámetro. Consta de 10 gajos o fracciones que tienen un espesor de 0,50 metros con un rebaje de 17 centímetros en forma de pista, formando una solera, para que el rulo o rueda volandera camine sobre ellos. Todo el conjunto forma una circunferencia de 8,70 metros. Ahora estas piedras soleras están algo elevadas, pero es de comprender que en origen estarían a nivel del suelo (ver dibujo). La piedra volandera que giraría para aplastar la piedra de yeso previamente calcinada, como una rueda de un vehículo, sobre la pista de la base solera, es también de caliza del lugar y podría haber mas de una rueda, aunque solo se ha conservado media piedra, de 1,5 varas de diámetro (1,26 m) con forma toncocónica, de 30 cm de espesor y que mantiene el orificio de forma cuadrada que la uniría al eje de giro del conjunto. El cercano lugar de donde proceden las 10 piezas está situado al oeste del casco histórico de Mutriku, alejado del pequeño río Ondaberroerreka unos 200 metros y no se han encontrado restos de conducción de agua que lo alimentase por lo que la hipótesis es que debió ser un molino de sangre, de tracción animal, del tipo rulo o “mola asinaria o jumentaria” romana.

Se tienen noticias de la existencia de lagares pertenecientes al hospital y ermita de la Magdalena en 1727 pero no se cita la existencia de minas de yeso en la zona.2 Las primeras noticias de la existencia de minas de yeso en Mutriku datan del año 17713 y en concreto hemos hallado una mina para hacer yeso a mediados del siglo XIX4, por lo tanto la explotación yesífera del diapiro de Mutriku necesitaría de la presencia de hornos y molinos en sus cercanías. De la existencia de hornos ya habíamos tenido indicios al observar a lo lejos algunos restos durante las obras de excavación, acometidas para las nuevas viviendas VPO que se han ejecutado en la zona de la Magdalena, pero nadie había reparado en el molino que existió en la zona.5 La piedra volandera rueda sobre una especie de caja en forma de corona y el espesor de la misma, 30 cm, indica que molería algo sólido, como es el caso de las piedras de yeso que obtendrían del horno de calcinación.6

Proceso de fabricación de yeso

El proceso de obtener yeso para construcción ha sido una buena fuente de ingresos en las zonas cercanas a la existencia del propio mineral, fue introducido por los arabes y se realizaba de forma artesanal y ya quedan muy pocas personas “yeseras” que han conocido el oficio. Para fabricar 10.000 kilos de yeso se necesitaba cocer la piedra o aljez durante 10 ó 12 horas, dejando unos 10 días el horno tapado para que se enfriase lentamente y la operación mas delicada era la de colocar la piedra dentro del horno para que se quemase por igual en todo su volumen. De forma resumida el esquema es sencillo, la piedra blanda de mineral de yeso se saca de la mina, al aire libre siguiendo las vetas o en galería, mediante un penoso laboreo, después se machaca en pequeños trozos y se introduce en hornos para calcinarla a unos 140 ºC, sin pasarse de temperatura, luego se muele, “a rulo”, previamente trituradas a golpe de mallo o pasando las ruedas de algun carro sobre ellas (similar al trabajo de los agricultores en la era) y finalmente se cuela por un cedazo para obtener el polvo fino para la venta, los gránulos gruesos que quedan en el cedazo se vuelven a poner en el molino para desmenuzarlos en polvo fino, que se vuelve a tamizar y finalmente se expedía en sacos de unos 30 kilos. Los datos técnicos muestran que es en el siglo XIX cuando la citada industria adquiere relevancia, coincidente con los datos históricos que hemos obtenido, probablemente para atender a la demanda de nuevas construcciones o reparaciones de las ya existentes.

Datos históricos de los molinos de yeso de Mutriku

Una vez determinado que las piedras de la fuente instalada en Pikua pertenecieron a un molino de yeso de la zona de la Madgalena, hemos realizado varias consultas a informantes que nos han confirmado que las piedras estuvieron tiradas durante un tiempo a la intemperie en la parte trasera al sur de la denominada Villa Magdalena y que no fueron trasladadas desde otro lugar, también que eran mujeres quienes laboraban en las minas de la zona y que la escombrera de los estériles se encuentra situada junto al cruce de la carretera que sube hacia el barrio de Galdona. También hemos realizado un vaciado documental y encontrado datos que muestran que existieron varias minas en la zona y un segundo molino de moler yeso, movido con energía hidráulica, al final del valle de Mijoa en el molino de Berrenengoa, situado junto a la playa de Saturraran.7 Este molino ya es citado como “Barrenerrota” en 1509, por motivo de las cuentas de unos gastos realizados en el mismo8 y nuevamente es citado en 1551 con motivo del apeamiento de unos términos municipales, junto con el cercano molino de Ormaerrota (posteriormente llamado Arbelaitz)9, aunque opinamos que en el siglo XVI no molería piedra de yeso calcinada sino trigo o maiz (recién importado de América) y que se reconvertiría a mediados del siglo XIX en molino para la piedra de yeso calcinada, de acuerdo con las necesidades materiales de la demanda de dicho producto. Sabemos que ya desde principios del siglo XVI se usaría yeso en algunas de las construcciones urbanas, como es el dato que muestra la orden dada en las Junta General de las villas y lugares de Gipuzkoa celebrada en Tolosa en 1514.10

Hemos encontrado el dato de que en 1843 se obliga a aportar todo el yeso necesario para la obra interior de la nueva iglesia parroquial, que en aquella época se estaba construyendo en las afueras del casco medieval de la Villa de Mutriku.11 “1ª El yeso deberá ser de buena calidad y sacado de parage que no haya tenido contacto con la tierra, a lo menos en diez pies; ademas no debera tener tierra, ni otros cuerpos extraños. 2ª Deberá ser reconocido en piedra por un inteligente nombrado por la Comisión Económica, antes de quemar, y toda piedra que deseche el dicho inteligente no se podra emplear en la obra de la Yglesia. 3ª Se deberá calcinar bien y dejado en buen temple; de modo que no se recibirá yeso alguno que no esté bien calcinado ni tampoco el que se haya requemado demasiado. 4ª Se debera igualmente pulverizar, y cerner bien; de modo que aun sirva para hacer cualesquiera molduras y planeos...”. El precio final del remate era de dos reales y medio de vellón la fanega, afirmando el rematante Jose Miguel de Basurco que poseía una mina de yeso de tan buena calidad como cualquier otra en la Villa.

En 1848 el agrimensor Errasti realiza una medición en Mutriku, en terrrenos de Agustin de Manterola y de Manuel de Ucin, presbitero y tio carnal del también presbitero Jose Santiago, para la permuta entre ambos y cita que lindan con la cantera de la yesera en el punto de la Magdalena.12

En el contrato de arrendamiento del año 1857 de dos porciones de terreno por D. Pedro Ortiz de Zarate, vecino de Vitoria, a D. Francisco Aranzamendi y D. Juan Agustin Mendizabal, vecinos respectivamente de Ondarroa y Motrico, se cita que son para la explotación de yeso allí existente: “que dá en arrendamiento a los indicados Aranzamendi y Mendizabal parte de terreno de su huerta propia de la casa de Magdalena... de dicho terreno puedan beneficiar estrahiendo el yeso que haya... donde podrán formar su tejabana para el deposito de yeso y demas efectos que crean necesario...; que este arriendo durara por diez y seis años a contar desde el día primero de mayo... por la renta anual de mil y seiscientos reales...”.13

En un interesante documento de 1865 Juan Astigarraga, comerciante, por una parte y Jose Maria Alcorta y Juan Jose Amuchastegui, labradores, por la otra, firman el convenio de arrancar diez mil fanegas de yeso de la cantera de la Magdalena y conducir toda la piedra al molino de Barrenengoa y por lo tanto en esa fecha el molino ya ha sido transformado de uso, debido a la importante demanda de yeso, siendo el propietario del molino Manuel de Osa14 “que el dicho Don Juan Astigarraga tiene en explotación una mina de yeso en el punto de Magdalena de esta Villa y al contacto de un puente que existe para paso al valle de Galdona... Que los prenotados... se obligan a extraher y conducir al punto del molino de Barrenengoa en la inmediacion a la playa de mar de Saturraran, donde tiene horno para calcinar... hasta diez mil fanegas de yeso que vendran reducidos a polvo... tendran que suguetarse a sacar el yeso dentro de la demarcacion... Que la herramienta que hoy tiene Don Juan en la cantera para la extracción de yeso se les haya de dar a los dichos expresados Alcorta y Amuchastegui, vajo inventario...”.

Actual casa Barrenengoa

Actual casa Barrenengoa.

Las piedras de yeso arrancadas de la mina las deben llevar además hasta el muelle del puerto de Mutriku para que sean allí cargadas y llevadas por por mar hasta otros destinos “lo que hubiere que mandar por mar contando por una fanega en polvo un quintal macho de ciento y cincuenta libras, siendo de cuenta de los mismos Alcorta y Amuchastegui la conducción al muelle... que se llevan para embarcar... en cuyo tiempo la deverán dejar la cantera bien acondicionada... que el precio de cada fanega como el quintal macho de arranque y conducion en piedra respectivamente, al pie del horno en Barrenengoa, y muelle sera diez y ocho reales vellon, sus pagos haya de hacer Don Juan cada vez que vayan entregando cuatro hornadas de las fanegas que vendran conforme a la primera hornada, y con respecto a lo que lleven por mar por cada lanchada verificado el peso”.

En 1867 Francisco de Aguirre y Zabaliaga arrienda para 5 años y 7 meses, por 5.500 reales de vellón al año, la casa molino de Barrenengoa, inmediación de la playa de Saturraran de Mutriku, a Manuel de Osa y Pagoaga, que la había comprado ocho años antes a la eibarresa Ventura de Echeverria por 12.400 reales de vellón. Manuel expone que había hecho obras reedificando la casa convirtiéndola en hospedería “hospedería de las gentes que vienen a tomar baños de la mar en las temporadas del Verano” y que deberá hacerse un inventario por duplicado de todos los muebles, ropa y efectos que se alquilan. En la condición tercera Manuel se reserva la parte donde se encuentra el molino de yeso: “reserva para si en dicha casa de Barrenengoa el local donde hoy lo tiene la piedra de moler yeso para este servicio y el tránsito o pasadizo por la cuadra para dicho local o sitio15, también se reserva una habitación para él y su familia, en las temporadas de invierno.

En 1871 Manuel de Osa vende la casa molino de Barrenengoa transformada en fonda a Juan Astigarraga y Oyarzabal, vecino de Mutriku. Aduce que ha hecho grandes obras en la hospedería contrayendo bastantes obligaciones y que posee otra casa recien construida en las inmediaciones y por lo tanto vende Barrenengoa “Que dicha venta de la casa del molino con todo lo edificado en él con su comedor y cocina... así bien pertenece a la misma casa molino otro trozo de terreno que existe a la parte del puente del camino para la playa con una tejabana para calcinar yeso que contiene una superficie de ciento treinta y siete estados cuadrados... que en dicho terreno tejabana reserva para si dicho Osa quince pies por el costado del Poniente de largo en linea recta para la Playa; que será condicion, que en dicho terreno o pavimento no puedan edificar Osa ni Astigarraga comprador ningun edificio... asi bien pertenece al mismo molino Barrenengoa todos los derechos de causes para el molino... por el precio de treinta y siete mil y quinientas pesetas de vellon”.16

El edificio pasó a llamarse “fonda Astigarraga” durante la época del explendor de los baños de mar y la zona donde se situaba el molino fue drásticamente transformada al construirse allí varios edificios que albergaron sucesivamente otros hoteles, después el Seminario (1921), transformándose en una cárcel de mujeres (1937) y nuevamente en Seminario (1946), hasta su cierre definitivo en 1968. Cuando se instaló allí el citado Seminario se desviaron del canal del molino las aguas para abastecer otros usos necesarios para el servicio del centro religioso.17 Cercano a la casa de Arbelaitzaundi, pegante a la carretera, se puede ver un pequeño registro de la toma de aguas que se conducían hacia el molino y ya no quedan restos de la presa cercana y pegado al muro de la carretera se puede ver uno de los depósitos construídos junto al antiguo frontón, en la época del Seminario. Hacia 1987 fueron demolidos todos los edificios y de lo que fue del molino de Barrenengoa solo queda junto al río un edificio reconvertido en establecimiento de bebidas, con un anexo de almacén, conservándose el topónimo con 500 años de historia en el lugar.18

Agradecimientos: A Antxon Aguirre Sorondo, Luis Alburquerque, Roque Aldabaldetrecu, Jose Luis Alkorta, Josu Larrañaga, Ramon Martin (del Archivo Histórico de Protocolos de Gipuzkoa), Rafael Perez Beristain, a todos ellos y en especial a Jose Maria Egaña “Illunbe” y a los residentes del valle de Mijoa para que mantengan vivos los recuerdos y la historia de sus molinos.

1 BOPV nº 208, de 30 de octubre de 1997. Resolución de 17 de septiembre de 1997 por la que se da publicidad a las resoluciones de 11 de septiembre de 1997 por la que se emite declaración de Zonas de Presunción Arqueológica de diversos Municipios del Territorio Histórico de Gipuzkoa. En la ficha del Anexo I referente a Mutriku aparece citado con el nº 17 el área intramuros del Hospital de la Magdalena (sin estructuras visibles). Consta que ningún condicionante fue indicado en el proyecto de la obra, que no se hizo ningún control arqueológico, ni tampoco fue notificado el posterior hallazgo de los restos a responsables de patrimonio cultural de la Diputación Foral de Gipuzkoa.

2 Arrieta, Leyre: Mutriku, Gure Historiara Hurbiltzen-Una Aproximación a Nuestra Historia, Mutrikuko Udala, 1996, pág. 159.

3 Informe realizado en 1771, por el Alcalde de Mutriku, Antonio Miguel de Acilona, en cumplimiento de la Real Orden. El documento original se conserva en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, “Fondo Vargas Ponce, 9/4197”. “Hay tambien muchas minas de yeso en la orilla del mar y cercanías del Pueblo en tal grado que se vende en el día por un Real de Vellón por cada quintal de 150 libras en bruto”.

4 Castro, Javier : “Una mina de yeso de mediados del siglo XIX en Mutriku”, revista Deba, nº 74 (Negua-2009). Se trata de una mina que ya existía al menos en el año 1853, citada como tal en una hipoteca en la escribanía de Deba, cuyo dueño era al presbitero Jose Santiago de Ucin.

5 Puesto en conocimiento del hallazgo del extraño molino a Antxon Aguirre Sorondo, este reparó en que se trataba de un molino de yeso asociado a la explotación yesífera referenciada en el artículo citado. Dicho molino es excepcional en Gipuzkoa, porque no se tienen datos de otros molinos similares que se hayan conservado.

6 Aguirre Sorondo, Antxon : “Apuntes sobre la molinería en Euskal-Herria”, revista Euskonews, nº 155, Eusko Ikaskuntza, 2002. A finales del siglo XIX el desarrollo industrial llega a los molinos de Euskal-Herria y la fuerza del agua hace que se utilicen los viejos molinos, en todo tipo de usos industriales, como, por ejemplo, hemos encontrado sólo en Guipúzcoa usados en: hacer chocolate, pinturas, triturar yeso, cortar y pulir pizarra, fabricar cerámica, en fábricas de curtidos, de papel, en sierras mecánicas, para aserrar piedras de jaspe, en fábricas de boinas, para producir energía eléctrica, etc.

7 Aguirre Sorondo, Antxon: “Tratado de Molinologia”, pág. 671. San Sebastián, 1990. Eusko Ikaskuntza. El molino de Barrenengoa es citado como Saturraran-errota y ubicado en el desaparecido edificio denominado San Pelayo.

8 Fernandez Martinez, Montserrat et alii: “Fuentes Medievales del Archivo de Mutriku (1237-1520)”, pág. 279. Donostia, 2007. Eusko Ikaskuntza.

9 Archivo Histórico de Protocolos de Gipuzkoa (AHPG) 1/2566, folio 97 a 117v.

10 Herrero, Victoriano José y Barrena, Elena: “Archivo municipal de Deba (1181-1520)”, doc. 105, pág. 373. Donostia, 2005. Eusko Ikaskuntza. “ hordenaron e mandaron que de aqui adelante ninguno edifique casa en villa nin en sus arrebales de madera o tabla so pena.... de diez mill maravedis.... que al que hedificare la casa de madera o tabla le derriben.... que tornaren a hazer las casas de argamasa o de yeso o de tabique quitando las tablas...”

11 AHPG 1/2794, folios 76 a 78v. Obligación de aprontar todo el yeso necesario para la obra del interior de la nueva Iglesia Parroquial de esta Villa, por Jose Miguel de Basurco y socios (24 de febrero de 1843). Aprontar: Prevenir disponer con prontitud. Entregar sin dilación.

12 Archivo Histórico Municipal de Deba, fondo Juan Manuel Errasti, Libro de mediciones, 1848.

13 AHPG 1/4586, folios 103 a 104v.

14 AHPG 1/4590, folio 99 a 100v. Diez mil fanegas son unos 555 m3 de material, cantidad que tendrían que extraer en el plazo de 12 meses en solo una cantera, lo que da una idea de la cantidad de yeso que se extrajo de la zona como mínimo. La documentación consultada es abundante y los datos obtenidos apuntan a que existieron varias minas o explotaciones de yeso en la zona, que debió ser horadada por multitud de galerías. No se ha podido obtener datos de la cantidad de gente que laboró en la zona, pero se puede estimar entre 6 a 8 personas trabajando en el interior de la mina y en los hornos y molienda, por cada concesión minera.

15 AHPG 1/4592, folios 4 a 7v.

16 AHPG 1/4841, folios 83 a 89v.

17 Aguirre Sorondo, Antxon : “Tratado...”, pág. 672. En 1927 se describe que el molino era del Seminario, con una presa que tenía un salto de 4,5 metros, con el aprovechamiento del agua del río Mijoa en una longitud de 340 metros, estando la antepara dentro del edificio llamado San Pelayo.

18 Según el informante Jose Maria Osa Plaza (Mutriku, 1949), su padre Jesus vivió en Barrenengoa y recuerda de haber conocido, en el almacén situado pegante a Barrenengoa, llamado Labetxe (casa del horno), una zona donde guardaban “un tipo de cal” para venderla al por menor.

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